«Hay un tiempo para todo y
un tiempo para cada cosa bajo el cielo…
…un tiempo para callar y un tiempo para hablar.»
Ecclesiastes III.
Ecclesiastes III.
Aprender que con certeza, nada tengo que no me des, a conseguir que el corazón se conmueva siempre por el frágil gesto de la belleza. Aprender que sólo soy si tú existes, y es esta la medida que quiero y me define. Aprender para saberse desprender, he aquí el viejo secreto. Aprender... (Fragmento de "Aprendre", poema de Lluis Llach)
6 de octubre de 2012 en 07:27
Después de la preciosa tarde de ayer… nada como un radiante día como el de hoy para despertar los cuatro sentidos… el otro, el quinto lo guardaré para un poco más tarde…
Besos de los de un sábado de otoño ya apretando el calorcete.
6 de octubre de 2012 en 08:36
Un día radiante de otoño y, de fondo, Vivaldi interpretado por la Señora Mutter.
Besos de fin de semana.
8 de octubre de 2012 en 08:04
Eso es verdad por mucho que queramos a veces acelerar las cosas. Besos
Ana
8 de octubre de 2012 en 12:30
Hay tiempo para todo, si se sabe aprovechar, incluso también hay tiempo para no hacer nada.
Besos.
9 de octubre de 2012 en 09:15
Los colores del otoño son un deslpiegue de belleza natural que es maravilloso. Bufff qué pasada!!
9 de octubre de 2012 en 12:54
Es mi estación superfavorita.
24 de octubre de 2012 en 02:44
Coíncido contigo Chelo… Mi estación favorita es el otoño; porque representa cambios, y trae consigo el renacimiento de muchas cosas.
Y ciertamente existe tiempo para todo en la vida… Lo malo es que a veces dejamos pasar el tiempo frente a nosotros, con la terca creencia de que en algún momento se devolverá, para permitirnos hacer las cosas que no hicimos, cuando teníamos el tiempo.
Un beso 😉
24 de octubre de 2012 en 13:32
Mi estación del año favorita también es el otoño donde todo parece envolverse en un halo de ensoñación.
El tiempo conviene no desaprovecharlo porque, como tú dices, puede que aquello que dejamos de hacer en un momento determinado, no lo hagamos nunca.