La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Cambio de nombre


Querido amigo:

Te escribo corriendo, que hoy voy volada de las cosas que tengo que hacer, pero no quería que pasaran más días sin escribirte, y es que te tengo que contar una cosa muy importante, sí… ¡¡ya no me voy a cambiar el nombre!!.  Ya sé lo que estás pensando, sé que estás pensando ¡¡santa madonna, con la de gestiones que he hecho!! o mejor, seguro que tú eres más de estar pensando… ¡¡collons, qué caprichosa esta chica!! pero todo en catalán, claro.

Es verdad que todos estos días tú me decías que no me cambiara de nombre, que la cosa no era para tanto, pero claro, yo me pensaba que tú me lo decías por cariño, para que no estuviera triste, en fin, sin objetividad.

Pero no te enfades, que te voy a explicar por qué ya no me cambio de nombre…

Bueno, pues fui a la cita con el abogado, sí ese amigo de tu familia, el que me iba a gestionar el cambio de nombre. Pues éso, que fui a la cita, allí en el mismísimo Passeig de Gràcia, esquina a Carrer d’Aragó, no, esa esquina no, que esa esquina es la de la tienda preciosa, que claro me mandas a unos sitios que me pierden, que ya sabes que el Passeig de Gràcia me encanta, por la Casa Batlló y por las tiendas, pero dejo ese tema que me despisto.

Pues como te decía, el abogado me dijo que «no había causa objetiva que justificara elevar la petición de cambio de nombre», así, exactamente eso me dijo. Él decía que, total porque alguna vez me hayan llamado Charo en lugar de Chelo, no es motivo suficiente. Ni siquiera es motivo que la RAE elimine la ch porque ya sabía que, incluso en ese caso, me habían llamado Cielo, y que éso debería considerarlo un halago en vez de una confusión.

Además, me dijo que había consultado con un asesor de imagen, y que le había mandado mi foto, sí esa tan bonita que tú me hiciste, y el asesor ha dicho que no ve claro que Lorelayescarlatta, fuera un nombre apropiado para mí, vamos, que no va con mi estilo, que yo lo que creo que me quería decir es que aunque me llamara Lorelayescarlatta, pues que no sería glamurosa, pero en educado.

Y, claro, éso me ha decidido a no cambiarme el nombre, porque no es lo mismo que me lo dijeras tú, que me lo decías por cariño, que me lo diga un honorable abogado de ilustres apellidos laietanos unidos por una «i», y éso, lo tienes que entender. Así que, con lo que me ahorré en el cambio de nombre, me compré un bolso… no hombre, en el bufete no, que tienes unas cosas… en la otra esquina, en la tienda preciosa.

Pues éso, que… con mi nombre viejo y mi bolso nuevo, me volví para Madrid.

Otro día ya te escribo con más tiempo y te cuento más cosas.

Besitos,

Chelo Puente – enero, 2011