El puente de los asesinos
Arturo Pérez-Reverte – Cartagena, 1951
Editorial Alfaguara – octubre, 2011
19,50 euros
Nápoles, Roma y Milán son algunos escenarios de esta nueva aventura del capitán Alatriste. Acompañado del joven Íñigo Balboa, a Alatriste le ordenan intervenir en una conjura crucial para la corona española: un golpe de mano en Venecia para asesinar al dogo durante la misa de Navidad, e imponer por la fuerza un gobierno favorable a la corte del rey católico en ese estado de Italia.
Para Alatriste y sus camaradas —el veterano Sebastián Copons y el peligroso moro Gurriato, entre otros—, la misión se presenta difícil, arriesgada y llena de sorpresas. Suicida, tal vez; pero no imposible.
Así comienza:
«Dos hombres se batían a la luz indecisa del amanecer, silueteados en la claridad gris que llegaba despacio por levante. La isla -poco más que un islote, en realidad- era pequeña y chata. Sus orillas, desnudas por…»
Aquí te dejo las primeras páginas, para que lo saborees. Pincha aquí →EL PUENTE DE LOS ASESINOS
31 de octubre de 2011 en 21:04
Partiendo de que estamos en una democracia me gustaría dejar un par de matices a esa novela «El puente de los asesinos». Opina un historiador. ¿Os parecería exagerado decir que libros así son un grave peligro?. Bueno, de acuerdo. Pero antes leed, por favor, estos enlaces. En primer lugar la edición de28 de octubre de 2011 de «El espigador digital», en http://elespigadordigital.wordpress.com.
Después, si queréis un relato veraz sobre la España del siglo XVII, id al nº de octubre de 2011 de «La novela antihistórica», en http://lanovelaantihistorica.wordpress.com. Así podréis acceder, en formato digital y gratis, a «La sombra roja». Que algo esté respaldado por una aplastante maquinaria de marketing multinacional no significa que sea bueno.
4 de noviembre de 2011 en 02:46
Efectivamente no todo lo que está respaldado por una campaña de marketing importante significa que sea bueno… unas veces sí y otras no. Sin embargo hemos de reconocer que una nueva aventura del Capitán Alatriste es una noticia importante para sus muchos seguidores, que los tiene.
En cualquiera de los casos creo que es un poquito exagerado pensar que novelas históricas «son un grave peligro» porque no dejan de ser éso… novela, que no Historia.
Muchísimas gracias por tu comentario y por los enlaces que nos has dejado.
¡¡Bienvenido El espigador digital!!
5 de noviembre de 2011 en 17:54
Gracias por la bievenida -que sea por muchos años- y no hay de qué por los enlaces. Son tan sólo un esfuerzo más para abrir el abanico de posibilidades de lectura. Una de las cosas buenas de internet.
Ciertamente puede parecer exagerado lo de «grave peligro». Sin embargo, si se considera la cuestión al por menor… En fin, a mí sí me parece que es peligroso que los estudiantes de Bachillerato lean esas novelas como textos de apoyo y aprendan así una versión de la España del Siglo de Oro que poco difiere -a las pruebas publicadas en «El espigador digital» de 28 de octubre me remito- de la impuesta por un régimen aficionado a mentir y, además, muy poco democrático. Uno en el que, por ejemplo, las mujeres no podián abrir cuentas corrientes sin permiso de sus maridos. Y el problema no es que APR publique esa versión de los hechos cuando menos tan discutible, el verdadero problema es que el mundo editorial no publica otra cosa. No hay alternativa, más allá de Internet (ya veremos por cuánto tiempo). Ahí está el peligro, en ese monolitismo antidemocrático «per se». ¿Por qué novelas como «La sombra roja» y «El puente de los asesinos» no pueden competir en condiciones de igualdad?. ¿Qué es lo que se teme?. Esa es la cuestión, que diría Hamlet, príncipe de Dinamarca. Un saludo
9 de noviembre de 2011 en 13:19
Estoy de acuerdo contigo en que es peligroso usar la novela histórica como base de apoyo para conocer la Historia. Grave error es confundir la Historia con la novela histórica.
Un saludo.
9 de noviembre de 2011 en 14:33
Ciertamente. He ahí el problema. Esa es la base de actividad de «La novela antihistórica», por ejemplo o de algunas entradas de «El espigador digital». Un saludo y seguimos en contacto.