La librería de Chelo

Este es el blog de Chelo Puente, donde descubrirás algo sobre mí a través de las palabras escritas y leídas.


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Iguales pero diferentes…


 
Un sonido insistente me distrae de la lectura. Aparto la vista y a pocos metros observo a un nene rubito de unos cinco años -de pie frente a su mamá- llora bajito pero desconsaladamente, casi no se le oye. Su madre permanece sentada en la toalla, impasible, sin que ningún músculo de la cara denote expresión. Sólo le dice una frase en un idioma que no entiendo, creo que es noruego o finés. El niño sigue llorando desconsolado.
 
Al otro lado, otro niño de la misma edad llora también desconsoladamente…
 
– Buaaaaaaaa. Cómprame un heladooooooo -grita el pequeño.
– He dicho que no -le dice su madre.
– Buaaaaaaaa, ya no me quiereeeeees.
-¡¡No te voy a querer, si te he parido!! -y le abre los brazos.
El niño acude a su abrazo y se cobija en su pecho tamaño amarcord.
– ¿Esta tarde me lo vas a comprar? -insiste el nene.
– Esta tarde te lo compraré si te comes toda la merienda, pero ahora no.
y el niño deja de llorar y sale corriendo al agua, a saltar olas.
 
Yo también me voy al agua -me encanta saltar olas- y cuando salgo, el pequeño sigue saltando y riendo bajo la mirada atenta de su madre en la orilla, que le abraza cada vez que le tumba una ola. El nene rubito sigue llorando bajito y deconsoladamente, y su madre continua impasible sentada en la toalla a un metro de distancia física, a una distancia socialmente correcta…
 
Chelo Puente, agosto 2011