Estamos esperando que salga en pantalla la vía de nuestro AVE y a mi lado está sentada una pareja joven con dos niños, una nena de unos siete años y un nene de unos cinco. El papá enseña a la niña como mirar en la pantalla la vía del tren, y, con el fin de tenerla entretenida -supongo- le dice que cuando salga la vía que les avise. Ella (la niña) se queda fijamente de pie mirando la pantalla unos segundos, hasta que decide volver a los asientos, coge la maletilla de ruedas, se la lleva delante de la pantalla, la pone horizontal y se tumba sobre ella -una niña con recursos, pienso.
Cuando se abre el control se forma una fila enorme, y yo estoy detrás de ellos. Un minuto después, un empleado indica que se abre otro control y que a partir de aquí -cuatro puestos delante de los nuestros- pasen al otro control. Curiosamente, un «señor» que estaba plácidamente sentado, se levanta cual resorte y se cuela literalmente delante de estos papás con los nenes. Los papás se miran y me miran, como diciendo «que fresco, no» pero no dicen nada. Me indigna la gente «aprovechona» así que, toco suavemente su hombro y…
– Disculpe, pero creo que no debe ponerse aquí… -le digo educadamente.
– No sé por qué no -me responde airado.
– Por tres motivos:
1 – porque no ha guardado su turno…
2 – porque no debería ponerse delante de estos señores que llevan niños pequeños y tienen preferencia…
3 – porque es pésima educación colarse…
¿le parecen suficientes, o le digo alguno más?
Salió de la fila y volvió a sentarse.
– Daba igual, pero ¡gracias! -me dice la mamá.
– De nada, es que no soporto la mala educación, ni a la gente que no tiene en cuenta a los niños…
– ¡¡Gracias!! -dice el papá mientras sale detrás del pequeño que ha echado a correr hacia las escaleras…
Chelo Puente, agosto 2011.
6 de septiembre de 2011 en 09:42
Cuando el otro día entraron en el avión primero los pasajeros que van con niños o carritos, la gente respetó la cola sin decir nada. Al llegar una chica con un embarazo bastante evidente y avanzado hubo dos personas que cuestionaron y criticaron el que la dejaran pasar si no tenía niño.
Me giré y les dije todavía no os habéis dado cuenta que lleváis el pasaje numerado, no soys capaces de ver que está preñada y me aparté cediendo que pasaran delante mio para compensar la perdida de tiempo, no, no, no me dijeron no hace falta.
Ya no volví a oírlos más, pero bueno a cada cerdo le llega su san martín o eso espero.
6 de septiembre de 2011 en 10:46
Es cierto que hay veces que te gustaría decir… pero tú ¿te olvidaste hoy de la educación?