Hacía cuatro semanas que tenía la entrada, y por fin, había llegado el día de ver aquellos cuadros que tantas veces había estudiado y que nunca había visto en la realidad, y estaba hasta nerviosa.
La exposición Pasión por Renoir que se muestra en el Museo del Prado desde el 19 de octubre, ha reunido las obras que La colección del Sterling and Francine Clark Art Institute, tiene de Renoir.
Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) conocidísimo por todos, pintor francés que se inició en el Impresionismo, del que se separó muy pronto, ya que en toda su obra da una mayor importancia a la pintura de figuras, frente al paisaje, que fue la tónica general de los impresionistas.
Ver esta exposición no es ver una exposición cualquiera, y explico por qué digo ésto. En esta muestra se exponen los cuadros de Renoir de la Fundación Clark, como decía anteriormente. Aparte de la magia de contemplar dichas obras, lo realmente sorprendente y que la hace única, es que estos cuadros no habían salido nunca de Massachussets, por lo que nadie ha podido contemplarlos, fuera de allí. Durante años pensé que moriría sin verlos, ya que sería difícil que hiciera un viaje hasta Massachussts para verlos, de ahí mi emoción, de ahí mis nervios.
Estas 73 obras reflejan fielmente el estilo pictórico de Renoir. Hay obras de su primera etapa, aún con aires clasicistas y académicos; obras creadas tras su viaje a Italia que le proporcionó el conocimiento in situ de los renacentistas, y la influencia de Rafael; y obras creadas tras su viaje a España y empaparse bien de la pintura española, y de su admiración por Velázquez.
Sterling Clark inició la colección de Renoir en 1916 con la adquisición de Muchacha haciendo ganchillo, y ésto ya demuestra el gusto exquisito del que luego fue el mayor coleccionista de Renoir, claro que ésto lo digo yo porque es uno de mis cuadros favoritos de Renoir. También lo es Palco en el teatro, que ilustra la portada del catálogo de la exposición. Pero de todos lo cuadros, el que es mi superfavorito es Muchacha dormida, sí, es sin duda éste en el que Renoir captó ese instante de duermevela (posiblemente de una siesta), la relajación de los músculos, las piernas parecen también dormidas, los brazos abandonados, un tirante se desliza del hombro, un rostro con rasgos de ensoñación, y toda la figura rodeada de una fascinante sensualidad, una auténtica maravilla.
También hay algún cuadro que no me gustó, como uno del momento posterior a su viaje a Italia, y lo comentaba yo con mi acompañante, que se quedó contemplando otra obra, cuando una chica se me acerca y susurrante me dice «a mí tampoco me gusta» con un aire de complicidad, y esa fue la clave para debatir durante unos minutos acerca de la fascinación que nos causaba la obra de Renoir. Cuando recupero a mi acompañante, al que había dejado solo, me dice que si conocía a esa chica; ni idea le digo… hay que ver lo que provoca la Pasión por Renoir, me dice sonriendo.
La exposición debería haber cerrado hoy 6 de febrero, pero se ha prorrogado una semana más. De Madrid viajará a Milán, a Giverny y Londres, y… ¡¡TACHÁN TACHÁN!! para finales de este año 2011 llegará a Barcelona, así que… amigos de Barcelona y alrededores, estad al tanto, y no os la perdais, os garantizo unos momentos de auténtico placer. Para entonces habrá pasado casi un año, así que es posible que me escape a Barcelona a verla de nuevo… humm… lo pensaré, ya me lo estoy imaginando…
8 de julio de 2011 en 08:38
Vuelves a sorprenderme con otra exposición de pintura. Me gusta, lo que haces. Me gusta ver el video y Me gusta la lectura de tu exposición y experiencia de ese día.
Vendrá a Barcelona a finales de año, ojalá puedas venir a verla de nuevo.
Gracias por estos momentos de placer cultural.
8 de julio de 2011 en 10:34
Me encantaría volver a verla cuando vuelva a España y vaya a Barcelona, ya veremos si puede ser.
Gracias a ti Laurie por tus comentarios y de alegro que disfrutes con estas cosillas.